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Breve reflexión de la

XVII Jornadas de Educación Superior del Summit Educación UC 2021

 

 

"A partir de las reflexiones compartidas, nos queda claro que los esfuerzos que la UC realiza en materia de Integridad Científica, la posicionan como una institución confiable para el trabajo en redes universitarias en materia de Investigación, compartiendo metas que pueden tener alta incidencia societal. Ejemplo de ello, ha sido el desarrollo de la investigación en diversas áreas del conocimiento para enfrentar la pandemia.

Hoy contamos con iniciativas como: el Programa Institucional de Cuidado Animal, el entrenamiento online Programa CITI respecto a ética de investigación y bioseguridad disponible para toda la comunidad UC, el acompañamiento permanente a los comités de ética, entre otras.

Nuestros desafíos apuntan a mejorar la gestión, fortaleciendo procesos, adecuándose a las necesidades de los investigadores, sin transar la calidad de la evaluación ética ni la autonomía de los comités, favoreciendo con esto la internacionalización de la investigación".

 

 

 

 Joranada Summit

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Entrevista a Dra Jessica Gimpel R., Médico Veterinario Institucional, experta en bienestar animal y miembro del CEC Cuidado Animal y Ambiente UC

 

Foto entrevista Jessica Gimpel

 

¿Qué es el Programa Cuidado Animal? ¿Por qué la universidad opta por tener un Programa de Cuidado Animal?

El uso de animales en investigación es un privilegio concedido por la sociedad a la comunidad científica con la expectativa de que tal utilización proporcionará, ya sea nuevos conocimientos significativos, o una mejora en el bienestar humano y/o animal. Esta demostración de confianza exige el cuidado y uso de los animales de forma responsable y humanitaria. El Programa de Cuidado Animal es el conjunto de políticas de la Universidad para asegurar ese uso responsable y la cautela sobre el bienestar animal.

 

¿Cuál es el objetivo del Programa Cuidado Animal? ¿Qué impulsó su creación en la UC?

La preocupación por avanzar en mejorar los estándares de cuidado animal para ponerse al día con la práctica internacional en el ámbito de investigación con animales. Así, se busca que ésta sea una política transversal basada en principios internacionalmente aceptados como son los de las 3 Rs, las 5 Libertades y los Principios Rectores Internacionales para Investigación Biomédica con Animales CIOMS/ICLAS. Con esto también se busca mejorar la calidad de la investigación, ya que el que los animales no estén en condiciones óptimas puede producir resultados cuya validez se vea afectada o que estén menoscabados por una alta variabilidad artificial. Contar con este programa nos pondrá a la altura de instituciones de gran prestigio en investigación en otros países donde los programas de cuidado animal existen desde hace varias décadas. Es por eso que cuando nuestro programa esté funcionando queremos someternos a la acreditación internacional (otorgada por AAALAC1), lo que potenciará nuestras colaboraciones con instituciones extranjeras.

 

¿Cómo se ha desarrollado la implementación del programa en la UC?

Nuestro programa se basa en la legislación nacional y en la Guía para el Cuidado y Uso de Animales de Laboratorio del Consejo Nacional de Investigación de los Estados Unidos (NRC, 2011). Esta guía es internacionalmente reconocida como el estándar a seguir para poder lograr la acreditación. Para desarrollar nuestro PCA-UC se creó primero la institucionalidad nombrando a las autoridades correspondientes y actualmente nos encontramos en la etapa de elaborar el reglamento del programa, el que ha sido revisado por entidades colegiadas de la universidad y se encuentra aún en ese proceso. 

 

¿De qué manera el programa aportará a la labor del Comité de Cuidado Animal y Ambiente?

El aporte es mutuo, ya que el que exista el PCA facilita la labor del CEC al avanzar en crear una cultura de cuidado en cuanto al uso de animales en investigación, con lo que los investigadores de la comunidad UC trabajarán alineados con los principios a los que adhiere el Comité y en los que basa su evaluación. A su vez el CEC aportará al PCA siendo un pilar fundamental de éste y siendo la entidad encargada de supervisar su correcto funcionamiento.

 

¿Quiénes participan de este programa?

Existen varios niveles de participación. Como “usuarios” todo investigador que trabaje con animales está dentro del ámbito del programa, por lo que se espera que participe adhiriendo a los principios y buenas prácticas que indique el PCA. Como autoridades del PCA participan:

El Oficial Institucional, quien representa al Rector y es el responsable de que los objetivos del programa se ajusten a la misión de la institución. También está encargado de la planificación de los recursos para que el programa funcione.

El CEC-CAA es el responsable de la evaluación y supervisión tanto de los componentes del programa como de las instalaciones donde se alojan los animales.

El Médico Veterinario Institucional responsable de la salud y el bienestar de todos los animales que se utilizan en la universidad.

Por último, se espera que la comunidad universitaria en general sea partícipe de una cultura de cuidado y respeto por los animales

 

¿Dónde la comunidad UC puede estar informada del programa?

Sí, el programa tendrá pronto su propio sitio web dentro de la página de la Unidad de Ética donde los investigadores podrán encontrar información útil para su trabajo acerca de las políticas de la universidad en estos temas relacionados con el uso de animales, sobre procedimientos aceptados, links para capacitarse y muchos otros recursos interesantes. Esperamos que sea un aporte para apoyar a los investigadores y para que la comunidad interesada en la investigación con animales pueda encontrar información fidedigna sobre cómo se cautela su bienestar.

 

 En el marco de la generación de este nuevo programa, ¿qué recomendaciones podríamos dar a los investigadores, académicos, estudiantes que utilizan animales en investigación y/o docencia?

Recomendamos tomarlo como un hito importante para nuestra institución, en el que podremos demostrar nuestro compromiso de responsabilidad frente a la sociedad no sólo en cuanto a los resultados de nuestra ciencia, sino también en el cómo lo hacemos: de manera ética considerando un uso humanitario, preocupados del bienestar de estos animales que nos aportan con sus vidas y merecen nuestra consideración como seres sintientes. Los llamamos a sumarse a esta iniciativa que nos llenará de orgullo cuando lleguemos quizás a ser la primera universidad acreditada a nivel latinoamericano.

 

 

  

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EO Ivonne Vargas enero 2021 encabezado

   

“La investigación no es un trabajo propiamente tal,

sino simplemente un acercamiento al otro”

(Margot Loyola P.)[1]

 

La recopilación respetuosa de los saberes

Inicio esta reflexión teniendo en el espíritu las enseñanzas de Margot Loyola, mujer destacada por sus aportes a la difusión del folklor y la cultura chilena, quien desarrolló un trabajo de investigación riguroso en el rescate de un valioso patrimonio cultural de nuestro país, el que fue recopilado por ella misma (método de investigación aplicado a la cultura); lo anterior a partir de un profundo respeto, reconocimiento y agradecimiento por quienes nutrieron sus investigaciones. Todo este trabajo de recopilación de los saberes que le compartían las personas se realizó con una fuerte convicción ética de no provocar ningún tipo de explotación de sus entrevistados.

Considerando esta perspectiva, mi ánimo me lleva a mirar desde otro ángulo un requisito ético que es inherente a toda investigación y que debe sopesar prudentemente cuando esta investigación involucra seres humanos; me refiero al balance riesgo-beneficio.

 

 Todo este trabajo de recopilación de los saberes que le compartían las personas se realizó con una fuerte convicción ética de no provocar ningún tipo de explotación de sus entrevistados”

 

El valor de la persona

Siempre se hace referencia a que este balance se fundamenta, entre otras premisas, en el imperativo kantiano de tratar a las personas como un fin en sí mismas y nunca sólo como un medio. Esto implica que las personas tenemos un valor propio que está dado por nuestra existencia, la que es invaluable. A diferencias de las cosas, las personas, desde esta perspectiva, son únicas e irremplazables.

Tanto las normativas internacionales como los documentos que marcaron la historia de la ética de la investigación (Informe Belmont, Declaración de Helsinki, Requisitos éticos de Emmanuel, entre otros) establecen que éste es un aspecto fundamental si se quiere realizar una investigación científica que sea ética. Si bien, todas estas indicaciones coinciden en que hay que realizar una evaluación adecuada de los posibles riesgos y beneficios que conlleva la investigación para el sujeto participante, en disciplinas como las ciencias sociales, estas indicaciones, o bien, no están suficientemente operacionalizadas, o bien, no son cabalmente valoradas por parte de los(as) investigadores(as).  

 

“(…) todas estas indicaciones coinciden en que hay que realizar una evaluación adecuada de los posibles riesgos y beneficios que conlleva la investigación para el sujeto participante, en disciplinas como las ciencias sociales, estas indicaciones, o bien, no están suficientemente operacionalizadas, o bien, no son cabalmente valoradas por parte de los(as) investigadores(as)”.   

 

Lo anterior nos recuerda que este es un tema que requiere un adecuado ejercicio reflexivo, incluso en temáticas o metodologías donde aparentemente las investigaciones no conllevan riesgos evidentes para los participantes, por lo que la exigencia de otorgar algún beneficio se tiende a flexibilizar o simplemente banalizar.

En rigor, nunca debemos olvidar que, si bien son los participantes quienes contribuyen de manera altruista en las investigaciones, determinando qué, cuándo y cuánto aportar (autonomía, voluntariedad y respeto al otro), su aporte es imprescindible para el buen desarrollo tanto de la investigación particular, como para el desarrollo del conocimiento general. De lo anterior se desprende la necesidad de siempre retribuir esta generosidad, teniendo como principio que siempre es fundamental la obtención de un posible beneficio para los participantes. En concreto, no hay que conformarse con la simple frase: “no hay un beneficio directo, pero usted contribuirá al conocimiento”.

 

¿Cómo contribuir a los participantes?

Se requiere, efectivamente, primero, que desde sus inicios el(la) investigador(a) ponga en marcha un ejercicio reflexivo que muestre su interés por las personas que reclutará, cuestionándose acerca de cómo retribuir a los participantes; a saber: ¿Qué beneficio podrían obtener los sujetos por su participación en la investigación?, ¿De qué manera la investigación les podría aportar a sus vidas, a sus creencias, a sus saberes?, etc. Tratando, igualmente, de evitar cualquier tipo de abuso o explotación (en tiempo, disposición, entrega de información, etc.) que se podría generar en una investigación. Esto debe formar parte del ethos del investigador. Siempre hay algo que se puede ofrecer en retribución a la generosidad de las personas participantes.

 

“Esto debe formar parte del ethos del investigador. Siempre hay algo que se puede ofrecer en retribución a la generosidad de las personas participantes”

 

En segundo lugar, no hay que olvidar que también puede ser aquilatado como beneficio para el desarrollo de la investigación, la voluntad y capacidad de generar un contacto o, mejor dicho, un encuentro entre investigador(a) y participante; por ejemplo, en la dinámica de una entrevista o de la reflexión en conjunto sobre la forma de difundir los resultados de la investigación. Como señala Margot Loyola, refiriéndose a lo manifestado por un entrevistado, que en ocasiones riéndose descubrían y se sorprendían ellos mismos su propio saber: “No me había dado cuenta de que esto lo sabía”1.

 

[1] Recorriendo Chile: Bitácora de viaje. Margot Loyola Palacios [documental]. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. 2020. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=XCoGw7uxmiI

 

 

 

 

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